martes, 25 de julio de 2017

Croacia (III), Split e Islas de Brać y de Hva

Llegamos a Split, etapa marítima y playera del viaje. La segunda ciudad croata en población es Patrimonio de la UNESCO por su legado romano y su casco histórico plagado de bares y restaurantes donde puedes pagar 7€ por una cerveza si eliges fatal, y aunque el sitio se llame La Bodega ni una tapina ni un ná.


También puedes ver aires acondicionados y ropa tendida en pleno casco histórico, y, por supuesto, mil y una agencia que te abruman con actividades náuticas y excursiones superinolvidables para agotar la semana que te queda y las kunas con las que pagas. Tras riguroso análisis financiero te decides por el transporte público que es unas 20 veces más barato y sin necesidad de compartir entrañable barquito con el imperio austrohúngaro y las huestes teutonas jartaitos de cerveza.


Con lo que cuesta alquilar una tumbona en las playas encementadas de Split (70 kunas) tienes para el viaje de ida y vuelta a la Isla de Brać en ferry (66 kunas) y, aparte de la isla, te vas quedando con la orografía de la costa dálmata. 
Las aguas cristalinas del Adriático te acompañarán durante toda la estancia. Nadar y bucear en estas aguas es adictivo y, como está calentita, puedes estar horas a remojo. Es como nadar en un acuario. Seguro que sabes de qué te hablo porque, por lo general, quien más y quién menos se ha caído alguna vez dentro de uno.
La Isla de Hvar está un poco más lejos (dos horas en ferry) y cuesta tumbona y media de Split. Llegas a Stari Grad, un pueblo superchulo con tenebrosas expectativas económicas porque es la hora de comer y no hay ni el tato en los restaurantes.

Vete a bañar a este nuevo acuario, sumérgete, persigue a los pececillos, sal a respirar, quítate las gafas de snorkel, frotate los ojos y sí, en efecto, la Séptima Flota encara la ensenada camino del puerto. La escena se abre a decenas de veleros y catamaranes cargado de turistas deseosos de poner los pies en tierra porque contrataron una travesía inolvidable y ahora juran que jamás volverán a meterse en un camarote y que cuánto mejor un hotel. Pues eso, por la tarde el puerto, el pueblo y los restaurantes petaitos.
Y nosotros a Split, dónde tienes dos opciones: quedarte por la zona de marcha, que es como Ibiza, o retirarte a casa a beberte una Ozujsko con la gente del barrio. Para no condicionarte callo nuestra elección.

Forman parte de este viaje....

Hungría (I), Budapest

Hungría (II), Lago Balatón

Croacia (I), Zagreb
Croacia (II), Parque Nacional de Plivitze
Croacia (III), Split e Islas de Brać y de Hva
Bosnia-Hezergovina, Mostar

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