domingo, 23 de julio de 2017

Croacia (II), Parque Nacional de Plivitze

Para entender mejor este post necesitas un ejercicio previo: ve al cuarto de baño, tapa la bañera, abre el grifo todo lo que puedas y ponte a leer bajo la banda sonora de los Lagos (si no tienes bañera hazlo en el fregadero, no lo busques en el baño, suele estar en la cocina).

Aunque en 1949 la conservación de la naturaleza no era una prioridad ya se dieron cuenta los entonces yugoslavos que tenían que proteger esta joya y lo catalogaron de Parque Nacional. En 1979 pasó por aquí un señor de la UNESCO y dijo: "!me cagüen en la leche, qué chulo!", y lo declararon Patrimonio Universal de la Humanidad. No es para menos. Se te acaban los adjetivos y las interjecciones malsonantes para describir el recorrido por los Lagos. Las fotos te pueden hacer una idea, la realidad lo supera por goleada.

La zona accesible del Parque la componen una serie de Lagos unidos entre sí por más de 90 cascadas. Hay tres accesos, ten cuidado porque si te bajas en el primero y tu hotel está en el segundo ya la has liao; menos mal que en el crítico momento el conductor nos deja volver a subir al bus (la china del post anterior ya está sentada como una persona, que sé que te dejo preocupad@).

La entrada al parque incluye unos trenecitos y barcos eléctricos que facilitan varios recorridos según el tiempo de que dispongas. Si tienes dos días el primero lo dedicarás a andar al buen tuntún porque desde arriba ves los Lagos y, de pura ansia por llegar, decides que la señalización es incomprensible. Al segundo día ya te das cuenta de que la señalización es fácil, pero eres un cagaprisas, aunque improvisando hiciste lo mismo que hubieses hecho siendo consciente de lo que hacías.

La roca caliza y ciertos musgos y algas son los responsables de que la erosión esculpa estos paisajes de cuento. Te aseguro que el agua de la bañera que estás llenando no es tan transparente como aquí. Atontaito te deja los diferentes tonos de azul y verde que, según incida la luz, puedes disfrutar en el recorrido. Cuando se cae una roca o un tronco en el agua cierto tipo de alga lo engulle y da ese fondo blanco que luego la luz proyecta en diferentes colores (si eres químico -y me consta algún lector de esa calaña- perdón por la sandez científica que acabas de leer, pero eso interpreté yo leyendo un cartelito).

En el Lago principal de la entrada 2 puedes coger una barquita para decir que desde fuera parece más fácil y que menos mal que no te tocó vivir en tiempos de galeras.
Mejor sigue recorriendo senderos entre densos bosques de hayas y densidad preocupante de guiris. Supongo que acabarán poniendo aforo limitado para que el turismo masivo no colapse el Parque. De momento, y como sueles ver el lado positivo de las cosas, el tener tanta gente compartiendo camino te hace ir más tranquilo, que lo sepas: por aquí hay osos y lobos, pero no te costará encontrar a niños y ancianos que, supones, serían presas más fáciles llegado, como suele suceder, un repentino ataque.
Como esto se acaba, cierra el grifo ya y no me eches la culpa de la probable inundación, eres tú que lees muy lento.

Forman parte de este viaje....

Hungría (I), Budapest

Hungría (II), Lago Balatón

Croacia (I), Zagreb
Croacia (II), Parque Nacional de Plivitze
Croacia (III), Split e Islas de Brać y de Hva
Bosnia-Hezergovina, Mostar

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