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miércoles, 8 de julio de 2009

9. La Saint-Laurence



Y llegó el verano. Resulta que mi casa está al lado del rio San Lorenzo, un gran parque fluvial recorre toda la orilla; gente pescando, paseando, en bici, patinando, haciendo piragüa... me recuerda a mi casa en Europa (queda fino esto, eh?). La diferencia con el Jerte es que el San Lorenzo lleva un pelín más de agua.







Realmente lo que tengo delante de mi casa es una especie de canal (que surge y desemboca en el mismo río) para hacer un espacio de ocio. El río en sí es bestial, pasan barcos de gran tonelaje y no está para estas tonterías domingueras.

Y es que, tras el Amazonas, es el rio más caudaloso del mundo (ahí es ná ¡ ). Me he cogido la bici y he intentado llegar a las islas de Sainte Hélene y Notre Dame, lo he conseguido y (lo más difícil) he sabido volver a casa. He estado en la bici más de tres horas y me he quemao los brazos, el sol pega pero bien.





Sobrecoge la brutalidad de la fuerza del agua atravesando los puentes, me he quedado un buen rato como embobao (ahórrate el chiste evidente). En la foto final no estoy en la orilla, sino en mitad de otro puente y no recoge todo el ancho del río, no me cabía en el objetivo.

Lo malo de este rio es que está muy lejos del Segura, fliparían los murcianos con el peazo trasvase que se podría hacer ¡

8. Chutes de Montmorency (Cataratas de Mont...)







La primera impresión que tuve desde el avión al entrar en territorio canadiense es que estaba todo como encharcado. Nieve, ríos inmensos y lagos se distinguían perfectamente a 9000 metros.






Estas cataratas que veis en la foto superan en 30 metros de altura a las del Niágara, pero como no están en la frontera con EEUU son mucho menos conocidas. Si os fijais en el puente colgante que va por encima tendréis una idea más aproximada de sus dimensiones.


Los paisajes son espectaculares, pero, coño, es que no hay día que no llueva ¡ , una horita al menos. Esta tarde, pensando que no iba a llover, cogí la bici de Gaëtan y me fui al centro (esto lo hago como otros hacen rafting, es un chute de adrenalina ir con la bici entre rascacielos), en un momento se fue el sol ...tanto llovió que la visera de la gorra se acabó por doblar. Cómo iría que hasta la Policía Montada del Canadá (montada en bici, no más) me hizo un cacho en una parada de bus para que me refugiara. He llegado a casa hecho un pingajo, justo cuando ha dejado de llover. Dicen que a partir de mañana se normaliza el asunto y que empieza a hacer buen tiempo, que por lo visto es lo normal en julio. Así sea.

martes, 7 de julio de 2009

7. Ville de Québec


Québec es la capital de la región del mismo nombre, es exclusivamente francófona, lástima que contraté una excursión exclusivamente anglófona (sin saberlo, claro). El casco antiguo, Patrimonio Universal, te recuerda a cualquier ciudad centroeuropea, solo que más nuevo, pues está bastante "maquillado"...de tan nuevo y tan pulido parece cartón-piedra, como un parque temático. Pero sí, es bien chula.

Además, aquí puedes coincidir en un restaurante con dos señoras de Llerena que se pondrán como locas por el encuentro extremeño.

Por lo visto aquí hace más frio que en Montreal y en Toronto y se ponen mu chulitos diciéndolo, es como si en Alcohólicos Anónimos apostaran por ver quién bebe más chupitos (qué didáctico). Por tanto frio, los franceses no le hacían mucho caso a este cacho del mundo y estaban más entusiasmados con sus territorios del Caribe, y los ingleses, siempre al quite, zurraron a los gabachos y se lo apropiaron. Si siguen hablando francés es porque no se permitían celebraciones católicas en inglés.

Y estos son muy católicos, tienen agua bendita en la Catedral en unos frasquitos muy apañaos. En cuanto los vi pensé, en plan aristocrático, en mi sobrinilla: no es del Jordán sino del San Lorenzo (que está menos visto), el cura va a flipar con el agua bendita canadiense, y si no se bautiza ya se la echaré yo por encima, que seguro que tiene poderes divinos para defenderla del frio -en plan pócima de Obelix- (no se me ocurre otra explicación para que en estas ciudades sobreviva la gente en invierno). Ah, y aprendan en el Vaticano (si acaso allí me leen): los frasquitos son gratis, con un cartelito que dice que cada uno aporte a la Iglesia lo que le dicte su corazón. Y mi corazón me dictó...sí, lo que estás pensando.




Ah, y estos pedazos de puentes que atraviesan el rio San Lorenzo también están en la ciudad, y de ellos no sé decir nada más, pero la foto me quedo chula, así que a exhibirla.




viernes, 3 de julio de 2009

4. Fiesta Nacional de Canadá...en Quebec

La región de Quebec no es Canadá, al menos para Gaëtan y para la población francófona de Montreal. El desfile fue pelín patético, por allí pasaban todas las casas "regionales" de la ciudad representando a las distintas nacionalidades que aquí conviven, pero sin orden ni concierto...ni público (Rocío y yo y unos cuantos turistas más). Podéis ver en la foto de la izquierda unas húngaras, el cuñao de una de ellas con la bandera, un niño en patinete, y la que echa de comer al oso yogui (en el centro). Abajo los únicos que parecían haber ensayado los tiempos y los espacios.





Lo más bonito fue un coche que pasó con una gran bandera de Quebec, arrastrando por el suelo la de Canadá. Aplaudimos como locos (eso de hacerse los oprimidos políticos mola) mientras agitábamos frenéticamente sendas banderas de Canadá que nos habían regalao (así no ofendíamos a nadie, o a todos, no sé).


...Y una cerveza 6 dólares (mínimo), y no hay quién los baje de la burra.