Y llegó el verano. Resulta que mi casa está al lado del rio San Lorenzo, un gran parque fluvial recorre toda la orilla; gente pescando, paseando, en bici, patinando, haciendo piragüa... me recuerda a mi casa en Europa (queda fino esto, eh?). La diferencia con el Jerte es que el San Lorenzo lleva un pelín más de agua.
Realmente lo que tengo delante de mi casa es una especie de canal (que surge y desemboca en el mismo río) para hacer un es
Y es que, tras el Amazonas, es el rio más caudaloso del mundo (ahí es ná ¡ ). Me he cogido la bici y he intentado llegar a las islas de Sainte Hélene y Notre Dame, lo he conseguido y (lo más difícil) he sabido volver a casa. He estado en la bici más de tres horas y me he quemao los brazos, el sol pega pero bien.
Sobrecoge la brutalidad de la fuerza del agua atravesando los puentes, me he quedado un buen rato como embobao (ahórrate el chiste evidente). En la foto final no
estoy en la orilla, sino en mitad de otro puente y no recoge todo el ancho del río, no me cabía en el objetivo.
Lo malo de este rio es que está muy lejos del Segura, fliparían los murcianos con el peazo trasvase que se podría hacer ¡