Si Vilnius es Patrimonio Universal de la Unesco quizás no deberías hacer mucho caso a aquélla turista española que encontraste en Tallin y que te dijo que no merecía la pena. Pero tú sacas tus conclusiones. Y al llegar a Vilnius las confirmas: aquella mujer estaba borracha. No solo porque la ciudad es bien chula, sino también porque desde que saliste de Finlandia los precios han bajado al mismo ritmo que la latitud, y lo que en Helsinki costaba 7 aquí cuesta 1,5. Pues claro, me refiero a la pinta de cerveza.