lunes, 18 de julio de 2016

Vilnius/ Lituania

Si Vilnius es Patrimonio Universal de la Unesco quizás no deberías hacer mucho caso a aquélla turista española que encontraste en Tallin y que te dijo que no merecía la pena. Pero tú sacas tus conclusiones. Y al llegar a Vilnius las confirmas: aquella  mujer estaba borracha. No solo porque la ciudad es bien chula, sino también porque desde que saliste de Finlandia los precios han bajado al mismo ritmo que la latitud, y lo que en Helsinki costaba 7 aquí cuesta 1,5. Pues claro, me refiero a la pinta de cerveza.


Lo primero que vas a hacer, porque sí, es subir hasta la Torre Geminidas, que levantaron en una colina en mitad de Vilnius para que tú pudieras tener una perspectiva genial de la ciudad. Aquí empezó, o acabó (según se mire), la gran cadena humana en la que participaron 2 millones de personas para unir las tres Repúblicas Bálticas y decirle al mundo que ellos no eran rusos y que querían su liberación. Y así fue como el mundo se enteró de la tremenda historia de sometimiento de estos tres países. Y así fue como alcanzaron su independencia y, en los años posteriores, lograron buenísimos puestos en Eurovisión y yo flipo con este dato pero es que están orgullosísimos.
Baja la colina y sigue una garganta natural que atraviesa la ciudad hasta encontrarte con la iglesia de Santa Ana, pregunta por la calle Literatu (o calle de los artistas) y vete a ver a un japonés echando fotos a cada uno de los ornamentos de las paredes de la calle. Ahora reflexiona sobre los antecedentes familiares y dramas emocionales que seguramente carga este ser para justificar tal comportamiento.

Pero ya sé que lo que verdad te priva es encaramarte a los sitios, así que vamos a la Torre de la Universidad para ver en panorámica todo el tinglado. No solo por eso merece la pena esta Torre, su interior hueco te sorprenderá con una impresionante estructura de madera y un péndulo de Foucault que si lo miras fijamente te hipnotiza y puedes olvidar al japonés del párrafo anterior. 
Deja de mirar al péndulo y mira el reloj que ya es hora de irse. Echa una última foto al Ayuntamiento de Vilnius bajo el paraguas que te "regalaron" en aquel hotel de Helsinki y que te ha acompañado por este periplo báltico, al igual que la braga alrededor de la cabeza para poder dormir (he dicho "braga", sin "s", pervertido!) en estas noches minúsculas, y una sudadera que ha conocido todos los suelos de las repúblicas bálticas y algún charco. Pese al frío anormal por estas fechas,  ha estado genial !



Todos los post de este viaje: 

- Finlandia: Helsinki
- Estonia: Tallín / Estonia
- Letonia: Riga / Letonia
- Lituania: Vilnius/ Lituania

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