miércoles, 1 de marzo de 2017

Copenhague

Si vienes al Báltico en febrero seguro que esperas paisajes nevados y un frío helador, así que si la temperatura no baja de cinco grados te sientes un poco defraudado. Y de nieve....una estafa de estampa invernal !, algún montoncito sucio en la acera y poco más.

Estás en la que dicen que es la ciudad más feliz del mundo, así que si dejas de quejarte te saco a la calle aprovechando que no llueve. Muy limitadito tienes que ser para no llegar del aeropuerto al Centro: sigue a la gente, monta en el metro y en 20 minutos estás en Nørreport, pleno centro, y de ahi a casa dos minutos andando. Pero te aviso por si vas a venir: no descartes que tu alojamiento no esté exactamente ahí y andes vagando por Copenhague echándome la culpa de tu torpeza.


Así que si te digo que la Torre de Rudentarn te queda al lado de casa que sepas que lo digo desde mi punto de vista. Esta torre fue construida como observatorio astronómico y hoy en día es el mejor mirador de la ciudad. Sorprendente que en vez de escaleras te encuentres un pasillo en rampa que da siete vueltas a la torre hasta llegar arriba. Y arriba un telescopio y las mejores vistas de Cophenhagen.
 
Ahora que has visto la panorámica de la ciudad ya eliges tú dónde quieras ir, imprescindible la calle Nivhan, muy fotogénica. Paseando al buen tuntún encontrarás el Palacio de Christiansborg, actual parlamento danés; eCastillo de Rosenborg, la Iglesia de Mármol, o quizás tu prefieras irte de compras por Strøget, que según cuentan, es la zona peatonal más grande de Europa (yo, te confieso, no la he medido). También puedes irte al Tivoli, el parque de atracciones más antiguo de Europa, o, qué ganas tenías, echarte una foto con la Sirenita mientras ves a un autobús de asiáticos bajarse, fotografiarse y subirse de nuevo al bus en no más de 10 minutos. Para leer batallitas de todos estos sitios quizá no estés en el blog adecuado, si te has creído que esto es una guía de la ciudad vas bastante desenfocado, aunque peores cosas has hecho en tu vida así que lo mismo sigues leyendo porque te mata la curiosidad.
 
Como veo que sigues aquí intentaré resultarte útil: una pinta de cerveza no la encuentras por menos de 9€, a bocajarro te lo digo para que no te llames a engaño, así que mejor pídete un cafetito que verás qué risa te da cuando traduzcas las coronas a euros y te des cuenta de que te acaban de soplar 5 € por querer evitar la cerveza. Asi que mejor tira de supermercado que son bastante más asequibles, y además es lo que hacen los copheganienses o como se llamen estas gentes. Al menos en Christiania, que, como sabrás, es ese barrio autosuficiente donde está permitido el trapicheo con drogas blandas y donde todo es reciclado y ecológico y alternativo y moderno y súper guay y súper buenrollo, y estupas budistas y banderines del Nepal; y garbanzos en la sopa,  en el humus, en la lasaña, en la ensalada o en cualquier cosa que pidas en una casa reciclada en restaurante vegano; y ese olorcito a porro por las calles, y que qué pena de rastas pa no desentonar! 

Supongo que con el rato que llevas aquí ya te habrás alquilado una bici, ¿verdad? Porque Cophenague sin sus bicis es como...jo, te vas a tener que inventar un símil ocurrente, a mi no se me ocurren más que ñoñerías u obcenidades: sin término medio me hallo sobrevolando Bruselas. La bici 10 € por 24 horas, para que veas que no todo es excesivo, además ni te piden fianza ni documentación ni nada: pagas y allá tu conciencia si decides devolverla. Esto podría ser el paraiso de los...uf, a puntito he estado de ofender a una minoría étnica !, ya si eso la ofendes tú en tu pensamiento si aún consigues aflorar alguno tras asimilar tantas ideas agolpadas.

En este puente carnavalero hemos visto ganar un concurso de disfraces a una chica vestida con un albornoz y una toalla en la cabeza, lo ostentoso y lo danés nunca van unido, la "hygge" consiste en eso: disfrutar de lo sencillo, esa es la "felicidad" danesa. 


Bueno, que te vas, pero no olvides reservar 35 coronas para pagar el metro hasta el aeropuerto. Procura comprar el billete previamente, porque como no hay tornos ni nada que te impida entrar, cuando te quieres dar cuenta ya estás subido en el tren con tus 35 coronas intactas (pero pasando un mal rato que ni pa qué porque los hay que pa estas cosas no valemos), así que, para gastar las coronas, te tomas un capuccino en el aeropuerto al mismo precio. Y te escaldas la lengua porque Dios te castiga... pero juro que ha sido sin querer, que no sabíamos dónde pagar. ¿Alguien colecciona monedas?, me siguen sobrando 35 coronas.

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