lunes, 22 de julio de 2013

Landshuter Hochzeit (I)(la Boda de Landshut)

Martine, la francesa, llega a casa de Claus un día antes para aprovechar más (y conocer la sanidad alemana desde dentro). La criatura,  ná más llegar, se da un paseito con una bici y en la primera curva acaba en el hospital con un brazo roto. Así como lo lees, estos franceses siempre quieren ser el centro de atención. Dejemos a Martine con su escayola que a tí te aguarda otra sorpresa. Claus dice que mañana por la mañana nos levantamos a las 7 porque tenemos que llevar unas sillas para ver el desfile de la Boda de Landhsut.



 "¿Estás flipao?", piensas. Y a las 8 de la mañana ya estás en la bici llevando sillas por una ciudad desierta. Para que le des la importancia que se merece te diré que las bodas conmemoran las de un Príncipe bávaro, hace 500 años, con una polaca que debía ser la Belén Esteban de la época (por eso tan recordada): 2500 personas ataviadas de época hacen de este desfile el más grande de Europa en este género, 30 000 espectadores, los primeritos Claus y yo.Quedan cinco horas para el desfile. Para hacer más llevadera la espera, Claus saca una botella de vodka. Al primer pensamiento de este párrafo le quitas las interrogaciones y te largas a ver el pueblo dejándolo allí cuidando las sillas.

Cinco horas después el pueblo está petao de turistas. Ahora sí es tiempo pa una cañita con una pareja de Valladolid. Y como quien dice una cañita dice varias botellas de cerveza de dimensiones alemanas. Y ya nos ves abriendo el desfile, con
nuestras cervezas en la mano (por la zona del encierro) hasta que un policía nos invita a comportarnos y nos ponemos con el  resto del público. Y el desfile muy bonito y tal, y las cervezas van haciendo su efecto, los participantes gritan al público "halooo"  y el público responde a los participantes la misma palabra en una especie de catarsis colectiva, y así vas viendo pasar a lo más granado de la sociedad medieval: curas, soldados, leprosos, doncellas, y un señor con cara de bestia parda que levanta a dos niños a la vez. Pero cuidaito que son las cinco y tienes que ir a un Torneo Medieval por el que has pagado 36 pavos. Jopé, con lo bien que se está...¿y si vamos y revendemos la entrada y nos lo gastamos en cerveza?. Apoteósico el negocio...pero casi mejor te lo cuento mañana. Hoy no doy pa más.

3 comentarios:

  1. Esto se avisa que alguno mas nos habíamos apuntado al sarao. Seguro que nos haríamos amigos de los poli, como aquel año de San Juan en la peña de los Feos.

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  2. Al próximo me llevas que ya está bien de dar tanta envidia

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  3. luisooo, revientales el país, no t cortes

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