sábado, 10 de julio de 2010

10. Montevideo (I)

Me resultaba demasiado complicado ir a Uruguay por mi cuenta y visitar Montevideo, así que opté por la solución fácil: contratar un paquete turístico. Pero sólo a medias: yo hacía el viaje por mi cuenta y ya en Montevideo me añadían al rebaño.

El Río de la Plata separa ambos países. Parece un río porque el agua no se ve azul sino tirando a marrón, pero en realidad es un estuario que se adentra en el continente hasta la desembocadura del río Paraná, allí el agua del mar se mezcla con la del rio, por lo que el agua no es dulce ni salada sino todo lo contrario. En la foto dejando atrás Buenos Aires.

Tras tres horas y medias navegando llegas a Montevideo, capital de Uruguay y del mate. En Argentina también se bebe mate, pero aquí es puro vicio. Señoras que van a la compra, ejecutivos con corbatas, parejitas de paseo... todos con el cuenco de mate en la mano (por cierto, yo pensaba que era un licor y resulta que son hierbas que saben un poco como a trébol de la piscina cuando te caes de boca en el césped -no sé si tendréis referencias de ese sabor, yo sí-). Y lo de las banderitas de la izquierda es para que sepáis que esta gente le está preparando una entrada triunfal a su selección por haber llegado a semifinales, y como había  algunas banderas españolas en los balcones, yo les devuelvo el favor mostrando la suya en mi blog.

Llegas a la ciudad con ganas de conocer a tus acompañantes. Me toca en un autobús con un grupo de 15 brasileños. Nos paran en una plaza bastante chula y nos dejan diez minutos para la foto. Sin embargo, en la siguiente parada podemos "disfrutar" de 60 minutos: una tienda de souvenir (según el guía: una fábrica de artesanía). Respiro hondo.
Los 15 brasileños, todos/as con sobrepeso más que moderado, se compran sacos de patatas fritas y varias botellas de cocacola de dos litros y se pasan el día comiendo dentro del bus como auténtica piara. Respiro hondo varias veces más.

El guía, para complacernos a todos, habla en español y en portugués, pero a la vez. A veces el crujir de las patatas lo interrumpe y tose como diciendo: "sois unos cerdos impresentables", pero los brasileños no lo pillan. Casi todo lo dice en español pero con marcado acento portugués y de vez en cuando dice a la "dereita" o "muitos" y así los brasileños se creen que habla en portugués y se quedan tan felices...aunque pa mí que no le están haciendo mucho caso y su felicidad proviene de que alguien ha abierto otra bolsa y esperan llenar de nuevo sus manos ya grasientas.
Mañana, o cuando sea, os enseño Montevideo más detenidamente, pero antes tenía que contar la experiencia de mi viaje organizado. Como diría el guía: ¡ nunca mais !

5 comentarios:

  1. esto es una prueba, estoy de maestra en el campo. A partir de hoy tendrás unos cuantos blogger más. BSS

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  2. Te has ido de Buenos Aires o es solo una escapada? Aqui todo igual, con un frio siberiano de la ostia. Gcho

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  3. Vuelve a Baires por favooooooorrrrr!!!!!

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  4. Afabeltización digital en la pisci? Me parece relindo.
    Claro que vuelvo a Baires ¡¡ de hecho ya estoy aquí, es que la selección me hace cambiar todo el orden. No te preocupes que aún tengo cosas que enseñar de Bs As...por cierto, a Juan Carlos le encantó la "mercancía", te envía muchos besos.

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  5. El mate definitivamente no sabe a trébol ni a caerse de boca en el césped. Se nota que la percepción española anda por el suelo... Y creer que se trataba de un licor, en fin... sin comentarios...

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