miércoles, 22 de febrero de 2012

Sigthseeing, North Route

Esta gente conduce por la izquierda, hecho que de por sí desaconseja la opción de alquilar un coche para visitar la isla. Para qué complicarse si existen unos autobuses turísticos que la recorren y de los que te puedes bajar cuando quieras, visitar lo que te plazca y volverte a montar para seguir la ruta. Además desde el hotel lo organizan todo para que tú tengas más tiempo de atiborrarte en el buffet del desayuno como si fuera tu última cena.

Dos itinerarios a elegir: rojo o azul. Como elegimos el azul en la foto te pongo el rojo para que lo completes por tu cuenta.Primera parada: La Valletta. Este país es la consecuencia de una historia turbulenta de invasiones y guerras, así que fortificaciones por todos lados para defenderse de los fenicios, de los griegos, de los romanos, de los turcos, de los españoles... al final pa los ingleses. Y Caballeros de Malta (que, curiosamente, eran de aquí) en todas las tiendas. La ciudad es bonita, caminas sin ton ni son hasta que miras el reloj y recuerdas que aquí oscurece mucho antes (es lo que tiene compartir huso horario dos mil kms más al este) así que hay que montarse en el siguiente bus para continuar la ruta.



Nos adentramos en la isla (si por adentrarse entiendes una decena escasa de kms) y te preguntarías, una vez más, qué extraño virus ataca al turista si nos hubieras visto camino de Mdina en un bus descapotable en pleno febrero.  Evidenciando que su virus particular está en su fase más aniquiladora, alguien sugiere que visitemos Mdina en calesa. Un chaparrón rehabilitador le cae al sugerente.

La ciudad es pequeñita y resultona, en esta época escasean los turistas así que la ciudad  se evidencia como si fuera un decorado de cartón piedra, hecho que explica que los malteses se estén forrando cediendo sus ciudades para rodar pelis.

A escasa distancia aparece Rabat, el virus agilipollante del turista se debilita y nos ponemos en la parte inferior del bus. Pero las consecuencias ya son irreversibles así que pasamos de Rabat porque tenemos el frío metido en el cuerpo y ansiamos más la sauna filandesa y el hidromasaje que las catacumbas al relente que nos ofrecen nuestros auriculares de audioguía.

El resto del trayecto transcurre entre valles de calabacines y pimientos, difiere bastante del secarral árido que te encontrarás si vienes en verano. También destacó la voz grabada de nuestros auriculares una pequeña playa de arena (una atracción en una isla sin playas), y la ciudad de Bugibba, la más poblada de la isla como único mérito de presentación. Así que poco más que comentar. Bueno sí, quizá tendría que dejar esta reflexión para que generaciones venideras la tengan en cuenta:  las posibilidades de hacer turismo fuera de tu alojamiento es inversamente proporcional al confort que te ofrezca el mismo. Pa la próxima alquilo un sótano, si puede ser con ratas.


3 comentarios:

  1. PSS,PSS Luis, ahora que nadie nos oye:¿Seguro que no os habeís pasao 3 dias de tumboning y que las fotos y lo que cuentas son sacados de esos panfletos que atiborran las recepciones? Que no pasa náá... el tour de hoy es sabado no? lo digo porque falta la noche, la madrugá y el SPA!!!

    PD:Totalmente de acuerdo, un sotano... ¿Y unas quechuas?

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  2. tienes razon, en verano Malta es un secarral y se puede llegar a 40 grados que al lado del mar es una bestialidad

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  3. Genial tu crónica como siempre. Y de meterte en sótanos con ratas nada, please, que a mí lo que me gusta es meterme en la aventura y si hay ratas de por medio como que me cuesta.

    Bss

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