lunes, 4 de enero de 2010

LACROSE (Lac Rose)


En Senegal te puedes desplazar en taxi convencional, en colectivos de 7 plazas, y en transporte en común: unas furgonetas con claros indicios de derrumbe inminente (eso sí, muy coloridas) y siempre repletas (normalmente va alguno por fuera, subido en el parachoques). Nos hicimos los chulitos y quisimos meternos en una furgoneta, así que Momo nos llevo a una especie de estación de autobuses (nuestro acompañante, si haces algo inadecuado o si te metes en un lio, no hace absolutamente nada para ayudar, se limita a estar ahí...como pa que aprendas). Las furgonetas sólo salen cuando están completamente llenas y además teníamos que hacer varios transbordos antes de llegar a nuestro destino. Un hilo de cordura atravesó nuestras mentes y al final alquilamos un taxi por 25.000 "sefas" (francos africanos), una miseria pa lo lejos que nos llevó.

Lacrose (Lago Rosa) es conocido porque aquí termina el  Rallye París-Dakar, y,  a decir por los socavones de la pista de tierra que hemos padecido, me temo que hemos hecho parte de ese Rallye. Incluso con lo asquerosito que soy yo pal polvo (del camino) el viaje ha estado genial. Y aparca el taxi y los vendedores avistan carne fresca.
 Hoy he aprendido que si dices que eres italiano no te pegan tanto la brasa para que compres, pero si sueltas que eres español ya la has liao. Y te hablan de lo idiotas que son los franceses y lo simpático que somos los españoles, y que nosotros amigos, y que te regalo esta pulsera, y que españoles buenos y bravos, y que muchos amigos en España, y que mucho-bueno-hecho-a-mano, y que buen precio.

El lago es una salina donde, según Momo, la gente que quiere trabajar carga sacos de sal y los mete en un camión y te pagan según los que cargues. Tú, como guiri, no tienes que cargar sacos, sólo intentar avanzar entre los vendedores. Viendo a la gente descalza sobre la sal con sus picos y sus palas entiendes que ser acosado por vendedores tampoco está tan mal.


Al final acabas en un garito acotado para turistas (unos 10 ó 12, casi todos españoles) y te puedes bañar en el lago. Flotas como un corcho por la densidad de la sal, y si alguien (yo) comete la torpeza de meter la cabeza bajo el agua luego no podrá abrir los ojos porque te cuecen, y tendrás que salir del lago para que un señor te tire un cubo de agua dulce a bocajarro y te pida un euro por tan sacrificado esfuerzo. Y te vuelves al lago a flotar como un corcho y a quemarte los hombros porque se te olvidó ponerte protección (y es que uno, ya lo he dicho en otras ocasiones, se vuelve gilipollas profundo en cuanto se viste de guiri).
Y tanto polvo tragamos en el viaje de vuelta que mañana decidimos hacernos a la mar. Nos vamos a la Isla de los Esclavos, no te la pierdas (o sí, tú mism@).

5 comentarios:

  1. Hola Luis, esto de escribir aquí pensando que estás en Senegal, pero sabiendo que realmente te encuentras en Plasencia, es un poco raro. Ha debido ser divertido verte meter la cebeza en el dichoso lago, porque claro, si tanto se flota y metes la cabeza, algo queda fuera... Por cierto, para otra vez que vayas por ahí di que eres francés, a ver que te cuentan de los españoles.

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  2. Me he gastado 5 kilos de sal para flotar en la bañera y nada, a ver si te documentas mejor y no incitas a hacer esta clase de experimentos.

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  3. Quiero el telefono de la negra de la foto, please.

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  4. anónimo, no le pedí el teléfono a la de la foto, pero si quieres te doy el de Mario y te haces cargo de él, que parece que está pa que le asistan.

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  5. aaah, edu, no hace falta que escribas pensando que estoy en senegal, eso ya lo hago yo... anónimo, si quieres también te doy el tfno de éste, q tampoco lo veo muy fino.

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